CUENTOS FOLCLÓRICOS 2.0

En este segundo bloque hemos aprendido qué es el folclore, sus características y porque es importante usarlo en nuestras aulas de infantil. Antes de empezar a hablar de la importancia del folclore en las aulas, empezaré hablando un poco de qué es el folclore.

El término folclore fue acuñado en 1846 por un anticuario inglés llamado William John Thoms, para sustituir al concepto de ¨Antigüedades Populares¨. Por tanto, este término, folclore, hace referencia, en literatura, a los diferentes aspectos de la cultura popular como son las canciones, leyendas, fábulas o los cuentos maravillosos, entre otros. Cabe destacar que los cuentos folclóricos no están destinados a ser literatura para niños, sino literatura ¨de grupo¨ o ¨de familia¨.  

El folclore se distingue por tres características fundamentales:

1. El anonimato, ya que las historias que leemos o contamos hoy en día, tienen tantos autores como personas las han narrado a lo largo de los siglos.

2. La oralidad. Como sabemos, se contaban de manera oral hasta que alguien los recogió de manera escrita.

3. La multiplicidad. Puesto que, como eran contadas por diferentes personas, las historias al final cuentan con variaciones u adaptaciones a las personas a las que van dirigidos o por las diferentes culturas en las que se cuentan.

Hemos aprendido que es muy importante seguir incluyendo el folclore en las aulas puesto que, a través de este, en lo referente a la literatura, les devolvemos a los niños la vivencia de la palabra, que ha perdurado durante generaciones. Además, les llenamos de afectividad a través de la comunicación de tú a tú, y los incorporamos a su cultura u otras culturas ancestrales.

Otro punto importante del uso del folclore en el aula es que los textos folclóricos se cuenten de manera oral para dar paso a la imaginación, dejando de lado las representaciones gráficas de los personajes y las acciones.

Una vez dicho esto del folclore y de su uso en el aula, pasaré a presentar y analizar el cuento que he elegido.

El cuento folclórico que he elegido es ¨Los doce hermanos¨ de los Hermanos Grimm. No puedo decir que he escogido este cuento porque me lo contaban de pequeña, sino porque lo he encontrado en libro de recopilaciones de cuentos tradicionales que le regalaron hace unos meses a mi hermana pequeña y, que leemos todas las noches antes de ir a dormir. Entre todos los cuentos que tiene este libro, el que más me llamo la atención fue este, porque no lo conocía y, cuando lo leí descubrí un cuento muy bonito y lleno de valores que son muy importantes como el amor fraternal.

Creo que es un cuento que puede estar dedicado para niños de 5 años, ya que en esta edad ya saben diferenciar entre la realidad y la ficción, por ello, se les puede hacer más fácil comprender el cuento e imaginar las situaciones y acciones de lo que se está relatando. Además, al contar con libros con adaptaciones para ellos, les es más fácil de leer y, si cuentan con imágenes, pueden asegurarse de que han comprendido lo que han leído. 

A continuación, os dejo el cuento original, ya que, en el libro tiene algunas adaptaciones para los niños, aunque no varía mucho del original.

¨Éranse una vez un rey y una reina que vivían en buena paz y contentamiento con sus doce hijos, todos varones. Un día, el Rey dijo a su esposa:

    -  Si el hijo que has de tener ahora es una niña, deberán morir los doce mayores, para que la herencia sea mayor y quede el reino entero para ella.

Y, así, hizo construir doce ataúdes y llenarlos de virutas de madera, colocando, además, en cada uno, una almohadilla. Luego dispuso que se guardasen en una habitación cerrada, y dio la llave a la Reina, con orden de no decir a nadie una palabra de todo ello.

Pero la madre se pasaba los días triste y llorosa, hasta que su hijo menor, que nunca se separaba de su lado y al que había puesto de nombre Benjamín, como en la Biblia, le dijo, al fin:

-  Madrecita, ¿por qué estás tan triste?

-  ¡Ay, hijito mío! -respondióle ella-, no puedo decírtelo.

Pero el pequeño no la dejó ya en reposo, y, así, un día ella le abrió la puerta del aposento y le mostró los doce féretros llenos de virutas, diciéndole:

-   Mi precioso Benjamín, tu padre mandó hacer estos ataúdes para ti y tus once hermanos; pues si traigo al mundo una niña, todos vosotros habréis de morir y seréis enterrados en ellos.

Y como le hiciera aquella revelación entre amargas lágrimas, quiso el hijo consolarla y le dijo:

-  No llores, querida madre; ya encontraremos el medio de salir del apuro. Mira, nos marcharemos.

Respondió ella entonces:

-    Vete al bosque con tus once hermanos y cuidad de que uno de vosotros esté siempre de guardia, encaramando en la cima del árbol más alto y mirando la torre del palacio. Si nace un niño, izaré una bandera blanca, y entonces podréis volver todos; pero si es una niña, pondré una bandera roja. Huid en este caso tan deprisa como podáis, y que Dios os ampare y guarde. Todas las noches me levantaré a rezar por vosotros: en invierno, para que no os falte un fuego con que calentaros; y en verano, para que no sufráis demasiado calor.

Después de bendecir a sus hijos, partieron éstos al bosque. Montaban guardia por turno, subido uno de ellos a la copa del roble más alto, fija la mirada en la torre. Transcurridos once días, llególe la vez a Benjamín, el cual vio que izaban una bandera. ¡Ay! No era blanca, sino roja como la sangre, y les advertía que debían morir. Al oírlo los hermanos, dijeron encolerizados:

-  ¡Qué tengamos que morir por causa de una niña! Juremos venganza. Cuando encontremos a una muchacha, haremos correr su roja sangre.

Adentráronse en la selva, y en lo más espeso de ella, donde apenas entraba la luz del día, encontraron una casita encantada y deshabitada:

Viviremos aquí -dijeron-. Tú, Benjamín, que eres el menor y el más débil, te quedarás en casa y cuidarás de ella, mientras los demás salimos a buscar comida.

Y fuéronse al bosque a cazar liebres, corzos, aves, palomitas y cuanto fuera bueno para comer. Todo lo llevaban a Benjamín, el cual lo guisaba y preparaba para saciar el hambre de los hermanos. Así vivieron juntos diez años, y la verdad es que el tiempo no se les hacía largo.

Entretanto había crecido la niña que diera a luz la Reina; era hermosa, de muy buen corazón, y tenía una estrella de oro en medio de la frente. Un día que en palacio hacían colada, vio entre la ropa doce camisas de hombre y preguntó a su madre:

-  ¿De quién son estas doce camisas? Pues a mi padre le vendrían pequeñas.

Le respondió la Reina con el corazón oprimido:

-  Hijita mía, son de tus doce hermanos.

-  ¿Y dónde están mis doce hermanos? -dijo la niña-. Jamás nadie me habló de ellos.

La Reina le dijo entonces:

-  Dónde están, sólo Dios lo sabe. Andarán errantes por el vasto mundo.

Y, llevando a su hija al cuarto cerrado, abrió la puerta y le mostró los doce ataúdes, llenos de virutas y con sus correspondientes almohadillas:

-   Estos ataúdes - díjole- estaban destinados a tus hermanos, pero ellos huyeron al bosque antes de nacer tú - y le contó todo lo ocurrido. Dijo entonces la niña:

-  No llores, madrecita mía, yo iré en busca de mis hermanos.

Y cogiendo las doce camisas se puso en camino, adentrándose en el espeso bosque.

Anduvo durante todo el día, y al anochecer llegó a la casita encontrada. Al entrar en ella encontróse con un mocito, el cual le preguntó:

-  ¿De dónde vienes y qué buscas aquí? - maravillado de su hermosura, de sus regios vestidos y de la estrella que brillaba en su frente.

Soy la hija del Rey -contesto ella- y voy en busca de mis doce hermanos; y estoy dispuesta a caminar bajo el cielo azul, hasta que los encuentre.

Mostróle al mismo tiempo las doce camisas, con lo cual Benjamín conoció que era su hermana.

-  Yo soy Benjamín, tu hermano menor - le dijo. La niña se echó a llorar de alegría, igual que Benjamín, y se abrazaron y besaron con gran cariño.

Después dijo el muchacho:

-   Hermanita mía, queda aún un obstáculo. Nos hemos juramentado en que toda niña que encontremos morirá a nuestras manos, ya que por culpa de una niña hemos tenido que abandonar nuestro reino.

A lo que respondió ella:

-  Moriré gustosa, si de este modo puedo salvar a mis hermanos.

-  No, no - replicó Benjamín-, no morirás; ocúltate debajo de este barreño hasta que lleguen los once restantes; yo hablaré con ellos y los convenceré.

Hízolo así la niña.

Ya anochecido, regresaron de la caza los demás y se sentaron a la mesa. Mientras comían preguntaron a Benjamín:

-  ¿Qué novedades hay?

A lo que respondió su hermanito:

-  ¿No sabéis nada?

-  No -dijeron ellos.

-  ¿Conque habéis estado en el bosque y no sabéis nada, y yo, en cambio, que me he quedado en casa, sé más que vosotros? -replicó el chiquillo.

-  Pues cuéntanoslo -le pidieron.

-  ¿Me prometéis no matar a la primera niña que encontremos?

-  Sí -exclamaron todos-, la perdonaremos; pero cuéntanos ya lo que sepas.

Entonces dijo Benjamín:

-  Nuestra hermana está aquí -y, levantando la cuba, salió de debajo de ella la princesita con sus regios vestidos y la estrella dorada en la frente, más linda y delicada que nunca ¡Cómo se alegraron todos y cómo se le echaron al cuello, besándola con toda ternura!

La niña se quedó en casa con Benjamín para ayudarle en los quehaceres domésticos, mientras los otros once salían al bosque a cazar corzos, aves y palomitas para llenar la despensa. Benjamín y la hermanita cuidaban de guisar lo que traían.

Ella iba a buscar leña para el fuego, y hierbas comestibles, y cuidaba de poner siempre el puchero en el hogar a tiempo, para que al regresar los demás encontrasen la comida dispuesta. Ocupábase también en la limpieza de la casa y lavaba la ropa de las camitas, de modo que están en todo momento pulcras y blanquísimas. Los hermanos hallábanse contentísimos con ella, y así vivían todos en gran unión y armonía. He aquí que un día los dos pequeños prepararon una sabrosa comida, y, cuando todos estuvieron reunidos, celebraron un verdadero banquete; comieron y bebieron, más alegres que unas pascuas.

Pero ocurrió que la casita encantada tenía un jardincito, en el que crecían doce lirios de esos que también se llaman ¨estudiantes¨. La niña, queriendo obsequiar a sus hermanos, cortó las doce flores, para regalar una a cada uno durante la comida. Pero en el preciso momento en que acabó de cortarlas, los muchachos se transformaron en otros tantos cuervos, que huyeron volando por encima del bosque, al mismo tiempo que se esfumaba también la casa y el jardín. 


La pobre niña se quedó sola en plena selva oscura, y, al volverse a mirar a su alrededor, encontróse con una vieja que estaba a su lado y que le dijo:

-  Hija mía, ¿qué has hecho? ¿Por qué tocaste las doce flores blancas? Eran tus hermanos, y ahora han sido convertidos para siempre en cuervos.

A lo que respondió la muchachita, llorando:

-  ¿No hay, pues, ningún medio de salvarlos?

-   No -dijo la vieja-. No hay sino uno solo en el mundo entero, pero es tan difícil que no podrás libertar a tus hermanos: pues deberías pasar siete años como muda, sin hablar una palabra ni reír. Una palabra sola que pronunciases, aunque faltara solamente una hora para cumplirse los siete años, y todo tu sacrificio habría sido inútil: aquella palabra mataría a tus hermanos.

Díjose entonces la princesita, en su corazón: ¨Estoy segura de que redimiré a mis hermanos. ¨ Y buscó un árbol muy alto, se encaramó en él y allí estivo hilando, sin decir palabra ni reírse nunca.

Sucedió, sin embargo, que entró en el bosque un Rey, que iba de cacería. Llevaba un gran lebrel, el cuál echó a correr hasta el árbol que servía de morada a la princesita y se puso a saltar en derredor, sin cesar en sus ladridos. Al acercarse el Rey y ver a la bellísima muchacha con la estrella en la frente, quedó tan prendado de su hermosura que le preguntó si quería ser su esposa. Ella no le respondió de palabra: únicamente hizo con la cabeza un leve signo afirmativo. Subió entonces el Rey al árbol, bajó a la niña, la montó en su caballo y la llevó a palacio. Celebróse la boda con gran solemnidad y regocijo, pero sin que la novia hablase ni riese una sola vez.

Al cabo de unos pocos años de vivir felices el uno con el otro, la madre del Rey, mujer malvada si las hay, empezó a calumniar a la joven Reina, diciendo a su hijo:

-    Es una vulgar pordiosera esa que has traído a casa; quién sabe qué perversas ruindades estará maquinando en secreto. Si es muda y no puede hablar, siquiera podría reír, pero quien nunca ríe no tiene limpia la conciencia.

Al principio, el Rey no quiso prestarle oídos; pero tanto insistió la vieja de tantas maldades la acusó, que, al fin, el Rey se dejó convencer y la condenó a muerte,

Encendieron en la corte una gran pira, donde la reina debía morir abrasada. Desde una alta ventana, el Rey contemplaba la ejecución con ojos llorosos, pues seguía queriéndola a pesar de todo. Y he aquí que cuando ya estaba atada al poste y las llamas comenzaban a lamerle los vestidos, sonó el último segundo de los siete años de su penitencia.  

Oyóse entonces un gran rumor de alas en el aire, y aparecieron doce cuervos, que

descendieron hasta posarse en el suelo. No bien lo hubieron tocado, se transformaron en los doce hermanos, redimidos por el sacrificio de la princesa. Apresuráronse a dispersar la pira y apagar las llamas, desataron a su hermana y la abrazaron y besaron tiernamente.

Y puesto que ya podía abrir la boca y hablar, contó al Rey el motivo de su mutismo y de por qué nunca se había reído. Mucho se alegró el Rey al convencerse de que era inocente, y los dos vivieron juntos y muy felices hasta su muerte. La malvada suegra hubo de comparecer ante un tribunal, y fue condenada. Metida en una tinaja llena de aceite hirviente y serpientes venenosas, encontró en ella una muerte espantosa. ¨ (Los doce hermanos - Hermanos Grimm, 2021)

Si analizamos este cuento morfológicamente nos encontramos con la evolución de los dos personajes principales.

  • Benjamín, el hermano pequeño de los doce hermanos varones, pasa de ser el acompañante de su madre a ser el héroe que salva a sus hermanos de ser condenados a muerte por orden de su padre, el rey. Además, vemos que, cuando encuentran un hogar en el bosque, él ejerce el papel de ama de casa al ser el menor de los hermanos.
  • La princesa, es en un primer momento la causa por la cual sus hermanos van a ser condenados a muerte. Sin embargo, según se va desarrollando el cuento observamos que es su heroína, ya que decide ir en su busca para llevarlos de nuevo a casa junto con sus padres.
Podemos ver como la princesa va evolucionando, cuando decide cumplir con la penitencia que le es puesta cuando comete un grave error, al cortar los doce lirios que crecían en el jardín de la casa encantada en donde vivían sus hermanos, convirtiéndolos en cuervos.

Por otra parte, en el análisis de los aspectos simbólicos observamos que la historia cuenta con varios personajes con diferentes papeles, pero entre todos, destacan los dos personajes principales:

  • Benjamín, puede ser considerado una especie de héroe, puesto que salva a sus hermanos y a sí mismo de morir, gracias a la advertencia de su madre. Y, más tarde, cuando se reencuentra con su hermana la salva de ser asesinada por sus hermanos.
  • La princesa, que es considerada un enemigo ya que, gracias a su nacimiento, sus doce hermanos iban a ser condenados a muerte para que ella pudiese heredar todo el reino. Sin embargo, según avanza el cuento podemos observar que es una heroína que salva a sus hermanos de morir cuando, por un error de ella, estos se convierten en cuervos.

Otros personajes con los que nos encontramos son:

  • El rey, que ejerce el papel de agresor y, por tanto, de enemigo al mandar matar a sus doce hijos varones si el bebé que venia en camino era mujer.
  • Los once hermanos, en un principio, ejercen el papel de enemigos puesto que, llevados por el rencor y la irán, juran matar a cualquier niña que se encuentren ya que han perdido todo por culpa de una. Sin embargo, cuando se reencuentran con su hermana se olvidan de dicho juramento, pasando a ser acompañantes.
  • La reina puede ser considerada como un tipo de hada madrina que cuida y advierte a sus hijos de la orden que su padre, el rey, ha dado en contra de ellos.
  • La viejecita, que aparece en un determinado momento del cuento, puede ser un hada o una bruja. Un hada porque le dice a la niña cómo romper el conjuro que ha convertido a sus hermanos en cuervos, y bruja porque cabe la posibilidad que ella misma pusiera la trampa de las flores para la niña.

El arquetipo que podemos observar en el cuento es la madre del príncipe, que ejerce el papel de madrastra ya que, debido a la mudez de la princesa, considera que oculta un oscuro secreto y, por ello, debe ser condenada a muerte.

Por otra parte, si nos centramos en los motivos del cuento, nos encontramos con que cuenta con los cuatro motivos principales que hemos visto en la teoría.

  • El primer motivo, los tesoros ocultos, serían los doce hermanos a los que va a buscar la princesa para volver con ellos al reino al que pertenecen.
  • El segundo motivo, los viajes y la búsqueda, es representado por las pruebas que debe pasar la princesa para conseguir su objetivo, que es llevar de vuelta a sus hermanos a casa.
  • El tercer motivo, la fuga y persecución, la podemos encontrar más en la figura de los doce hermanos ya que, estos, huyen del castillo cuando se enteran de que su padre los ha sentenciado a muerte si el bebé era mujer.
  • En el cuarto motivo, el reino de los muertos o el reino de las hadas, vemos que la princesa tiene encuentros positivos y negativos. Positivos, porque sus hermanos no la matan, consigue romper el conjuro que convirtió a sus hermanos en cuervos y fue liberada de la sentencia de muerte que su esposo, el príncipe, le impuso a petición de su madre. Y, negativos, porque debe hacer frente a los castigos que se le impusieron: primero, con la única manera de salvar a sus hermanos y, después, con la sentencia de muerte que la madre del príncipe, con el que se casó, consiguió imponerle.

En lo que respecta a cómo llevaría el cuento al aula, creo que lo haría mediante los momentos de encuentro en la asamblea, o el corro. Creo que estos son los momentos donde podemos tener toda la atención de los niños y, así, dar inicio al día o a la clase.

Es verdad que habría que adaptar este cuento a la edad de 5 años para que puedan comprender el cuento durante el relato ya que, hay frases o palabras, que pueden confundirles y distraerles en el momento de la narración. A pesar de que es bastante extenso, debemos tener en cuenta que, al ser narrado, muchas partes se abreviaran y se cambiaran.

Como es un cuento folclórico, en la preparación me basaría en la narración y, por ello, creo que es importante que estemos todo el grupo reunido como si estuviésemos en una especie de fogata. Es decir, colocaría a los niños en semicírculo, quedando yo delante de ellos para que todos puedan verme y así ver los diferentes gestos que hago.

Por otra parte, también se puede convertir en un teatro folclórico infantil donde podemos hacer uso de los títeres para representar el cuento folclórico. No obstante, creo que la manera de preparar este cuento dependerá mucho de los intereses que tengan los niños del aula y del momento evolutivo en el que se encuentren.

Al finalizar la narración les haría una serie de preguntas, preparadas con antelación, en relación con el cuento. Considero que sería mejor hacerlas al final porque, así, no perderían el hilo de la historia y todo la ¨magia¨ que se ha creado durante la narración. Las preguntas que haría en el cuento-fórum son las siguientes:

  • ¿Cómo actuaríais vosotros si estuvieses en la posición de los hermanos?
  • ¿Creéis que la venganza es algo bueno?¿Qué podemos hacer en vez de vengarnos?
  • ¿Qué haríais para sobrevivir en un bosque?
  • ¿Alguno habría ido en busca de sus hermanos como la princesa?
  • ¿Cómo reaccionaríais si os encontraseis con vuestro hermano por primera vez?
  • ¿Vosotros volveríais a casa u os quedaríais en el bosque junto con vuestros hermanos?
  • ¿Creéis que aguantaríais tanto tiempo sin hablar?
  • ¿Juzgaríais a alguien sin saber porque actúa de determinada manera?
  • ¿Haríais daño a alguien si os lo dicen vuestros padres?¿Creéis que el rey actuó bien o mal?
  • ¿Qué es lo que más os ha gustado del cuento?

Probablemente, después de las preguntas, no haría ninguna actividad porque siento que de esa manera provocamos que los niños pierdan el interés en la literatura. Pero, si tuviera que plantear alguna actividad sería que dibujasen lo que más les haya gustado o les haya llamado la atención del cuento. Además, con esta actividad, también podemos hacer el cuento con los niños, es decir, nosotros les proponemos a los niños que dibujen ciertas partes del cuento y, después, nosotros escribimos el cuento. 

Para finalizar, me gustaría concluir diciendo que me parece muy importante que el folclore siga presente y vivo en nuestras futuras aulas de infantil. Observamos diariamente, y yo en primera persona con mi hermana pequeña, que los niños con tanta tecnología tienen mucha falta de imaginación y, tener el privilegio de contar con estos cuentos nos ayuda a fomentar su creatividad, su imaginación y, sobre todo, su visión sobre su cultura u otras culturas ancestrales.

A pesar, de contar con adaptaciones para ellos, es importante que mantengamos viva la intención del cuento. Es decir, es importante que con los cuentos nos divirtamos, pero sin olvidar que también podemos aprender mucho de ellos. 


REFERENCIAS

Los doce hermanos - Hermanos Grimm(2021). Grimmstories.com. 

https://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/los_doce_hermanos

Etapas del desarrollo para niños de 5 años | Cigna(2020). Cigna.com. https://www.cigna.com/individuals-families/health-wellness/hw-en-espanol/temas-de-salud/etapas-del-desarrollo-para-ninos-de-5-anos-ue5316

CDC. (2019, June 18). CDC. Centers for Disease Control and Prevention. 

https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/actearly/milestones/milestones-5yr.html

 MORFOLOGIA DEL CUENTO(n.d.).

https://monoskop.org/images/9/9d/Propp_Vladimir_Morfologia_del_cuento_2a_ed.pdf

Comentarios

  1. Mejor, pero muchas de tus preguntas inducen la comprensión del texto y las respuestas de los receptores. Pregúntales qué les parece lo que hizo tal personaje en tal momento. No les preguntes ya directamente qué les parece la venganza (en abstracto), o sobre los prejuicios o sobre la obediencia en casa. Pregúntales sobre el cuento y usa sus respuestas para preguntar después qué habrían hecho ellos, si alguna vez se han sentido así, etc. Tus preguntas son más sobre lo que tú crees que los niños deben extraer que sobre el cuento en sí.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De acuerdo Irune, enseguida corrijo las preguntas.
      Muchas gracias,
      Mercedes

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

¿Me ayudas a crear un cuento?

ARTÍCULO FINAL

CUENTOS FOLCLÓRICOS